jueves, 16 de febrero de 2017

Nuevo libro: Notas para una pedagogía afinada

Nuevo Libro!

Notas para una pedagogía afinada


Un nuevo libro de Editorial Molón Labe, Colección Gymnopédye.


En nuestra profesión (LA DEL MÚSICO) acostumbramos a creer que “querer es poder”, la intención de este material es tratar de comprender que hay cosas que por mas que deseemos realizar como músicos, o que nuestros alumnos realicen, no suceden a fuerza de mera voluntad o insistencia. Necesitamos percibir que muchas veces aquello que creemos no lograr por falta de “voluntad”, “ganas” o “dedicación” en realidad no puede lograrse sin la instrumentación adecuada.

Lo primero que necesitamos saber es que querer no es poder, querer es querer, un motor para iniciar un recorrido. Para poder hay que conocer bajo qué circunstancias, determinadas acciones van a ocasionar aquel resultado buscado. Esto último sería el vehículo que es accionado por el motor que es el deseo.
Gran parte de este material se refiere a la Ansiedad por Performance Musical (APM), comúnmente llamada Miedo Escénico, pues es uno de los factores que hace variar enormemente el acceso de los músicos a sus objetivos interpretativos y profesionales en general.
Las situaciones de alta ansiedad, estrés, exigencia y otras emociones displacenteras sumadas tanto a la performance musical, como al momento de aprendizaje de la música, hacen bajar la capacidad cognitiva y la memoria necesarias para poder desempeñarnos.
El trastorno de APM por ser inhabilitante y de fuente de enorme frustración profesional ha sido tratado médicamente en muchas ocasiones incluso con la administración de fármacos. A pesar de que nuestra posición al respecto es la de mejorar la pedagogía para resolverlo o evitar su aparición, podrá encontrar en este trabajo una breve reseña de estas posiciones que circunscriben la APM al terreno patológico y no pedagógico.
Para poder hablar con propiedad de logros u objetivos cognitivos respecto de la enseñanza musical necesitamos conocer cómo funciona el Sistema Nervioso Autónomo, ya que las emociones y la memoria, funciones básicas para nuestra tarea, dependen de él. En general los músicos no conocemos la terminología referente a las neurociencias, además de que nuestros conocimientos sobre los aspectos fisiológicos involucrados en la tarea de tocar son escasos. Al no encontrarse contemplados estos en nuestra formación, es necesario que nos preocupemos nosotros mismos por adquirirlos. Por este motivo y ya que son indispensables para comprender lo que nos proponemos, incluimos en este trabajo una pequeña sección dedicada e estos contenidos.
Podremos concluir que no se trata de la obstinación de los alumnos en permanecer ansiosos ni en un deseo de “llamar la atención” por medio de su discurso temeroso y catastrófico, sino de la manifestación de una reacción biológica defensiva ante un estímulo, la exposición, que se les aparece riesgoso por acción del contexto, algo que simplemente no se puede resolver con el voluntarismo del “querer es poder”.
Incluimos a la APM, como ya hemos dicho mas arriba en un contexto pedagógico, entendiendo que el docente necesita agiornase y especializarse mas allá de las áreas teórico prácticas de su asignatura, en las modalidades de enseñanza pertinentes para que el alumno pueda moderar sus exigencias y expectativas, obteniendo así, el mayor rendimiento con menor costo emocional y físico.


Si bien la pedagogía de “la letra con sangre entra” da buenos resultados técnicos en nuestra opinión conlleva altos costos psicológicos y riesgo físico de lesiones. En el marco de esta pedagogía suele verse a un alumno con APM como alguien que no debió estudiar música, sin tomar en cuenta que es precisamente el roce desmesurado en el contexto educativo el que despierta esta ansiedad. Tal como un iceberg, en esta pedagogía “de garrote en mano” vemos solo las cumbres, aquellos que pudieron hacer su camino profesional aún con los altos costos. Pocas veces reparamos en lo valiosos que pudieron ser quienes desistieron por presión del contexto. Por ejemplo cuando una situación de exposición se transforma en algo donde el error pone en juego la dignidad del intérprete, sin dudas esta situación se vivirá como una amenaza y ocasionará ansiedad en quien la transita. Por último nos preguntamos, cómo puede alguien con la dignidad lesionada subir a un escenario y disfrutar?
Generar una pedagogía mas adecuada implica conocimientos sobre como articulan el plano psicológico y biológico (motor y neuro) en el momento de aprender música o de ejecutarla frente a otros. También conducir al óptimo vínculo intrapersonal, ejecutante – guia e interpersonal alumno – maestro. Y plantearnos cómo mejorar nuestro contexto académico en el sentido de moderar la competencia y el estado de alerta necesarios para transitarlo cotidianamente. Por último debemos tomar una posición, qué es la música como profesión? Un modo de demostrar habilidades motoras y cognitivas que plantea un estatus social o un modo de transmitir cultura siendo anfitriones de ella?

Lic. Gabriela Conti

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